

La imagen de Héctor Fabio Flólrez en plaza Bolivar, si bien refleja el solitario panorama por aislamiento, también refleja el contraste y la preocupación por la desobediencia a las medidas y la necesidad que tienen personas como él que a pesar de su avanzada edad viven del día a día como lustrabotas botas.
Y misma voluntad de Dios, es la que también acude Julio Cesar Obando, otro adulto mayor que recorre el centro de Ibagué con sus carro de dulces a pesar de la restricción que existe para personas como él, pero quien que asegura no tener otra opción.
Por eso para ellos, la calle sigue siendo una opción de subsistencia aunque hay se el mayor riesgo para sus vidas.
Dos historias que son parte de la realidad y que permiten de nuevo la reflexión sobre dilema entre la subsistencia y el riesgo al que se exponen los ciudadanos por la falta de apoyo del estado y la presión del hambre que no da espera.