




En este sector habitan más de 130 familias que llegaron hace varias meses y fueron construyendo sus cambuches o casas con tablas. Según los habitantes, llevan más de cinco meses intentando hablar con el alcalde de Ibagué Andrés Hurtado, para lograr una mesa de concertación.
La noticia del desalojo los tomó con gran sorpresa y preocupación al pensar que llegarán al lugar personal del escuadrón antidisturbios, sin antes generar un diálogo.
Aclaran, que en este asentamiento crearon la junta de acción comunal y un manual de convivencia para convivir en orden e identificar y priorizar a las personas que realmente necesitan un lugar para vivir.
Entre tanto, continúan a la espera de poder tener una vivienda propia y llegar a una negociación justa con la administración municipal.


