La onda explosiva de lo que sería una polvorería clandestina, alcanzó las instalaciones de un colegio, el palacio municipal y algunas de la viviendas vecinas en donde se rompieron ventanales, estructuras de madera y hasta en seres como computadores.
Los bomberos del muncipio fueron los encargados de atender la emergencia, quienes rápidamente lograron apagar los conatos de incendio que se presentaron en el inmueble en donde tuvo origen la detonación.