




Más de una década esperaron los colombianos para que la vía, cruce de la cordillera central, fuera una realidad.Este megaproyecto, que en agosto de 2018 se encontraba en una encrucijada juridica y desfinanciado y con serios problemas de calidad, contaba con un avance de tan solo el 54%.
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Tres años después el Presidente de la República, Iván Duque, lo entrar habilitado. Es la obra de ingeniería más esperada en la historia de Colombia. Tuvo una inversión total de $2,9 billones y para los entendidos será clave para la reactivación del país.
El conjunto de obras está compuesto por 15 túneles en Tolima y 8 en Quindío, más el Túnel de La Línea (8,6 km) y su túnel de rescate (8,5 km). Los 25 túneles del proyecto suman 22 kilómetros. Además, son 31 puentes, 16 en Tolima y 15 en Quindío, que suman 5 kilómetros de extensión, además El Túnel de La Línea, con 8,6 km de longitud, es el más grande de América Latina. El puente de mayor extensión es el de Yarumo Blanco, que tiene una extensión de 643 metros.
Gracias a la decidida intervención del Gobierno Nacional, se destinaron más de $620.000 millones, con los cuales se adjudicaron tres nuevos contratos y se creó una gerencia especializada dentro del Instituto Nacional de Vías (INVÍAS) para el control y seguimiento exclusivo y permanente a la ejecución contractual y para la toma de decisiones en sitio.
El Cruce de la Cordillera une al suroccidente con el centro de Colombia, a través de 60 obras construidas a lo largo de 30 kilómetros de doble calzada, entre los departamentos de Quindío y Tolima.
La puesta en servicio de las obras del Cruce de la Cordillera beneficia de forma transversal a sectores clave para el crecimiento del país, como el educativo, comercio, turismo, cultura, medio ambiente, social y transporte, entre otros.
Finalmente, el Túnel de La Línea, fue inaugurado en septiembre de 2020 y es la obra más representativa e importante del cruce. Por este han transitado más de 1.500.000 automóviles de transporte liviano y de carga.


