




En regiones como el Tolima, y para más precisión en su capital, esta pandemia impactó y develó aún más la fragilidad económica y laboral de una ciudad que no ha logrado definir cuál es su verdadera vocación a pesar las grandes ventajas geográficas, culturales, turísticas y por sobretodo la calidad humana.
Hoy en medio de tantas dificultades y de tantas discusiones y cuando la línea del 2020 llega a su fin y la del 2021 marca el comienzo, la esperanza mundial está en la vacuna; ¿una vacuna para qué? para inmunizarnos del terrible enemigo. Para desechar «la nueva normalidad» y regresar a la verdadera normalidad. Así es, sentirnos de nuevo seguros y libres, y que vuelvan los abrazos y los cálidos saludos.
De seguro que ese momento llegará, es solo cuestión de pocos meses y entonces se dirá que la más grande y poderosa de las guerras librada en los dos últimos siglos fue superada en tiempo record.
Ese, estoy seguro es el deseo de millones de personas en la medianoche de este último día del 2020. Más de una uva se tragará para demandar por una dosis contra el COVID-19. Desde mi hogar, aislado y en toque de queda, por culpa del horrible vicho de la familia del coronavirus, igualmente haré votos por ese deseo; pero también pediré para que muy pronto y en ese mismo tiempo récord se registren las VACUNAS contra la corrupción, la violencia, la envidia y la negligencia de tantas administraciones nacionales, regionales y locales. La lista de vacunas podrá ser interminable y por eso dejo abierto este escrito para que ustedes nos digan ¿Cuál es la otra vacuna por la que harán el brindis de Fin de Año?
Feliz 2021 – Redacción PYCNoticias


