En el corazón de Medellín, la voz de José Arenas resuena con fuerza. Este comerciante informal, originario de Ibagué, se encuentra en medio de una tormenta que no solo desafía su supervivencia, sino que también expone las injusticias que enfrentan muchos en su situación. En un video que se ha convertido en un eco de su desesperación, José narra su historia: un relato que revela el lado oscuro del abuso de autoridad y la insensibilidad de un sistema que parece olvidarse de los más vulnerables.
Desde 2018, la vida de José ha estado marcada por un comparendo impuesto sin el debido proceso. Un policía, aprovechándose de su autoridad, lo acusa de obstrucción de vía pública, cuando en realidad él solo vendía periódicos en el Metrocable de Santo Domingo, una actividad que apenas le permitía subsistir. Este episodio, aparentemente pequeño, se convierte en un peso insoportable cuando, años después, el secretario de Hacienda de Medellín lo acosa con deudas que él no puede pagar.
“Yo no tengo trabajo, no tengo seguridad, no tengo pensión, no tengo nada”, dice con voz entrecortada. Su relato no solo es un grito de auxilio, sino también un llamado a la conciencia. En su crónica, se revela el impacto de una política que marginaliza a quienes se esfuerzan por salir adelante. José nos recuerda que detrás de cada cifra, detrás de cada comparendo, hay una persona que lucha por su dignidad.
La situación de José es un reflejo de un sistema que critica a quienes luchan en la informalidad, sin ofrecer alternativas viables. “Han criticado mucho al actual gobierno por subir los impuestos, pero estos gobernantes permiten cobrar impuestos de una manera más fría e insensible con la clase popular”, enfatiza. Mientras que se alzan voces en contra de las decisiones del gobierno, él clama por un cambio que permita que los vendedores como él puedan trabajar sin miedo a ser acosados.
“Les pido a mis vecinos que sigan manifestando pacíficamente. No podemos dejar que esta clase de políticos nos gobierne”, concluye, dejando claro que su lucha es también por un futuro más justo para todos. La historia de José Arenas, un Ibaguereño en Medellín, es una crónica de resistencia, un recordatorio de que cada voz cuenta y que la lucha por la dignidad no debe cesar.
A medida que su historia circula entre sus vecinos y se vuelve viral en redes sociales, José se convierte en un símbolo de la resiliencia de la clase trabajadora. Su mensaje llega no solo a Ibagué, sino a todos aquellos que, como él, enfrentan el abuso y la injusticia. “En el corazón del Tolima, no hay lugar para el silencio. Cada uno de nosotros debe levantarse y exigir lo que es justo”, afirma, con la esperanza de que su historia inspire a otros a luchar por sus derechos.
VIDEO