Ante la creciente preocupación por la calidad del agua suministrada por la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Ibagué (Ibal), los residentes de Arboleda Campestre han lanzado una campaña de bono solidario para financiar pruebas independientes que certifiquen la seguridad del agua para el consumo humano. La comunidad busca confirmar la calidad del agua debido a la alta contaminación y la incertidumbre sobre si es realmente apta para el consumo.
En una entrevista realizada en el espacio comunitario de la Alianza Informativa del Canal PYC TV y La Voz del Tolima, Yoreli Castro y Flor María Vega, miembros de la veeduría del acueducto, expresaron su desconfianza hacia los resultados proporcionados por el Ibal. Castro comentó: “Aunque el Ibal asegura que el agua es potable y puede ser tratada, los resultados de sus pruebas no inspiran confianza. Estamos preocupados por la calidad del agua y necesitamos realizar nuestras propias pruebas para certificar su seguridad.”
Vega agregó: “El agua que recibimos tiene un mal olor y parece estar contaminada. Los informes del Ibal no coinciden con la realidad que enfrentamos. Por eso hemos decidido financiar pruebas químicas a través de un bono solidario para obtener una certificación externa de la calidad del agua.”
La campaña para financiar estas pruebas independientes utiliza un bono solidario de 10.000 pesos. El objetivo es recaudar los aproximadamente 7 millones de pesos necesarios para realizar análisis en un laboratorio privado, dado que las pruebas del Ibal no han logrado tranquilizar a los residentes. Vega explicó: “Queremos asegurar que el agua que consumimos sea realmente segura. A pesar de que estas pruebas deberían ser realizadas por el gobierno, hemos optado por un laboratorio independiente debido a la falta de confianza en los resultados oficiales.”
Los residentes también han estado esperando la intervención de la Alcaldesa Johanna Aranda, quien prometió visitar la Arboleda Campestre para abordar el problema. “Cada semana estamos esperando su llegada”, dijo Vega. “La situación es crítica y necesitamos que la Alcaldesa cumpla con su compromiso.”
Flor María Vega, quien ha vivido en diferentes sectores de Ibagué y el departamento, describió su desilusión: “El agua es un servicio fundamental y estamos luchando por ella. Ibagué tiene miles de fuentes hídricas y la ciudad no puede permitirse este trato inhumano. A pesar de los acuerdos y promesas de soluciones, como el arreglo de las alcantarillas y el control de los vertimientos, los problemas persisten. La comunidad sigue recibiendo agua contaminada, con residuos y animales muertos en el canal.”
Además, la comunidad ha observado que los informes del Ibal sobre la potabilidad del agua no reflejan la realidad. Según los testimonios, el agua tiene un olor desagradable y presenta características que sugieren alta contaminación. Castro y Vega sostienen que el agua que llega a los hogares podría no ser apta para el consumo humano, y por ello, insisten en realizar las pruebas independientes.
Actualmente, alrededor de 3.000 habitantes de seis conjuntos en Arboleda Campestre reciben agua de la planta local, mientras que otros conjuntos obtienen su suministro de la planta de La Pola.
La crisis de agua en Arboleda Campestre sigue siendo una preocupación urgente. La comunidad busca una solución rápida y efectiva para garantizar que el agua consumida sea certificada como segura.
