En los últimos días, los clientes del banco español BBVA en Ibagué han manifestado su malestar debido al cierre repentino de la mayoría de sus sucursales y cajeros automáticos en la ciudad. Según los usuarios, se cerraron sedes tradicionales como la de la calle 13, entre la carrera Primera y Segunda, así como la de la calle 11, entre la carrera Cuarta y Quinta.
Además de la clausura de las sucursales, BBVA ha ido retirando progresivamente los cajeros electrónicos de la ciudad, dejando activos únicamente los ubicados en la calle 32 de Quinta y en el Parque Murillo Toro. Sin embargo, los clientes aseguran que estos cajeros no han funcionado correctamente, y los cajeros habilitados en la calle 11 están fuera de servicio.
Los inconformes también denunciaron desorganización dentro de las oficinas del banco, donde se han producido largas filas tanto para realizar trámites bancarios como para utilizar los cajeros electrónicos. Muchos atribuyen esta situación a una falta de planificación por parte de la entidad, sobre todo porque, al parecer, no se tomaron las medidas adecuadas para cubrir la demanda de servicios en diciembre, un mes crítico para realizar transacciones.
Además, los usuarios señalan que dentro de las oficinas del banco hay un descontrol total, y que incluso no hay tarjetas débito disponibles para el recambio de plásticos. Para muchos, esta situación evidencia que la entidad no prioriza el servicio al cliente, especialmente en un mes tan activo para las finanzas personales.
Ante estos inconvenientes, algunos clientes han solicitado a la Superintendencia Financiera que intervenga en la situación, ya que las largas filas y la falta de servicios están afectando gravemente la experiencia bancaria en Ibagué. La comunidad espera una pronta solución a este problema que ha generado descontento generalizado.