A 22 meses de su inauguración y tras una inversión superior a $63 mil millones, el Coliseo Mayor de Ibagué presenta serias fallas estructurales, especialmente en su cubierta tensada. Las constantes goteras ya han obligado a suspender eventos deportivos como el Mundial de Patinaje Artístico 2024 y, más recientemente, el Mundial de Fútbol de Salón, que se disputa actualmente en el escenario y que ha sido interrumpido en varias ocasiones por las filtraciones.
La situación más crítica se presentó en la noche del jueves 8 de mayo, cuando la intensidad de las lluvias provocó inundaciones en la zona de competencia y obligó a detener los partidos. La humedad también amenaza con deteriorar el piso en madera, diseñado especialmente para disciplinas como baloncesto y gimnasia.
La obra, inaugurada en agosto de 2023, fue presentada como un ejemplo de recuperación tras el escándalo de corrupción de los Juegos Nacionales de 2015. No obstante, la realidad ha encendido alarmas por la posible mala calidad de los materiales o fallas en su instalación. La membrana instalada, de marca Serge Ferrari, fue importada desde Francia, maquilada en Perú y traída a Colombia por el puerto de Buenaventura. Según Sharon Guzmán, secretaria de Infraestructura del gobierno de Andrés Hurtado, es la misma utilizada en escenarios como el Movistar Arena y el Pascual Guerrero.
El contrato de reconstrucción, adjudicado al Consorcio Obras Especiales de Ibagué e intervenido por HM Ingeniería S.A.S., fue firmado en 2021 por la administración Hurtado, con un valor inicial de $43.798 millones, pero con adiciones y ajustes presupuestales superó los $63 mil millones. Pese a ese monto, las fallas aparecieron casi de inmediato.
El coliseo, ícono del escándalo de corrupción de 2015, permaneció abandonado durante años. Fue necesaria la intervención de la Contraloría General de la República, que bajo el liderazgo de Johana Duarte, contralora provincial, activó veedurías y vigilancia permanente para evitar que se convirtiera en otro “elefante blanco”.
Hoy, la administración de la alcaldesa Johanna Aranda enfrenta el reto de responder por el deterioro prematuro del escenario. Desde la Alcaldía se debe estudiar acciones legales para exigir responsabilidades a los constructores e interventores, y proteger una inversión que debía representar la recuperación del deporte en Ibagué, pero que ya muestra señales preocupantes de deterioro.
